Un “me siento vacío, no puedo seguir” desató la prueba más grande de fidelidad y fanatismo que le ha tocado protagonizar a Juan Román Riquelme, el enganche de Boca Juniors que tomó la decisión de alejarse del club de sus amores tras perder la Copa Libertadores de América. Miles de fanáticos, unidos por una misma pasión y autoconvocados por un importante fin, se presentaron en diferentes puntos del país para demostrarle a su ídolo que no aprueban la posibilidad de dejarlo ir, y que no aceptan que el ídolo dispute sus últimos partidos con una camiseta diferente a la de Boca. Es que el 10 del elenco Xeneize es uno de esos jugadores capaz de despertar amor, odio y muchos sentimientos encontrados que tienen como resultado seguidores y detractores por doquier.
Un banderazo nacional por Riquelme fue el detonante para que, como era de esperarse, a las inmediaciones de La Bombonera, concurrieran más de cuatro mil personas en la jornada de ayer. Pero la “fiesta” no se vivió sólo en Buenos Aires, ya que diecisiete ciudades del país recibieron a los simpatizantes bosteros, vestidos con sus camisetas y escudados en banderas, entonando un cántico que erizó la piel de los presentes: “Riquelme es de Boca y de Boca no se va”. Tan grande es el fervor por Román que en la Plaza 1º de Mayo, de la capital entrerriana, se instalaron alrededor de 200 hinchas para pedir por la continuidad del jugador. Allí, chicos y grandes, fanáticos de Boca y Riquelmistas, corearon y vivieron una jornada única, esperando que el enganche cambie de opinión y decida continuar su carrera vistiendo el escudo Xeneize. Lo cierto es que, más allá de toda movilización, la última palabra la tiene el futbolista, quien seguramente después de tanto amor demostrado deberá pensar más de una vez la idea de alejarse de Boca.
Pasión sin límites
El fanatismo por Riquelme es tan amplio que no importan las distancias cuando se trata de él. Javier Simón, oriundo de la localidad de Colón, viajó con su familia a Paraná sólo para estar presente en el banderazo, se llenó de alegría al ver a sus pares Xeneizes y dialogó con EL DIARIO. “La pasión por Román me convocó en Paraná, los hinchas de Boca somos muy pasionales y no me sorprende que seamos capaces de hacer estas cosas por nuestros ídolos”. Por otra parte, el simpatizante se refirió a la partida de su ídolo y declaró: “A mi me dolió mucho más la partida de Riquelme que haber perdido la Copa, y eso que nosotros ansiábamos mucho ganarla”. Javier lo sigue a Román desde que debutó en la era del Bambino Veira y conocer la noticia de su alejamiento fue un duro golpe que le costó asimilar: “La dirigencia no tiene interés en retenerlo, es una situación muy difícil que nos dolió mucho como hinchas”. Por último, Javier se animó a imaginar un futuro sin el 10 y declaró: “No podemos darle la camiseta de Román a cualquiera, es una responsabilidad muy grande, y por eso no puedo pensar en Boca sin Riquelme”, cerró.