Acá el silencio se convierte en sonido, no vale el tiempo pero valen las memorias. No se cuentan los segundos, se cuentan historias.

No por miedo a perder, dejarás de jugar.

A veces, cuando consigo esto, dejarme ser, me contacto con una sensación de plenitud, de paz y de amor que amplía mi conciencia hasta trascender de mí.
Lo que me abre esta puerta es el no condicionamiento, es el no pensar, el no prever...
Y ahora me doy cuenta de que es el no. Es decir, la nada, el vacío fértil. El único lugar desde donde puedo recibir todo porque tengo espacio para todo.


Ojalá puedas seguir mi delirio cuando leas esta carta... Aunque después de todo, quizás no sea importante. Quizás, más que decirte, me digo y vos seas sólo una excusa, la más hermosa excusa para dejarme ser en este momento, aquí y conmigo.