Para mí, es diferente dar, que regalar, que invertir.
En el dar hay implícita una doble dirección: doy recibiendo. Cuando doy, algo que es mío pasa a ser tuyo y en el mismo instante algo tuyo -tu aceptación- pasa a ser mío.
En el regalar, en cambio, no hay bidirección; te brindo algo pero no recibo nada. Cuando te regalo, te paso algo que de alguna manera siempre fue tuyo. (Te compro un disco: lo compro para vos pero nunca fue mío.)
Por ultimo, llamo invertir a la actitud de brindar, esperando compensación posterior y si es posible con intereses. Cuando hago una inversión no te doy ni te regalo, solo te presto algo, que sigue siendo mio y que de alguna forma espero me devuelvas, ademas del rédito que me corresponde.
El autodiagnóstico es fácil: cuando doy, estoy recibiendo; cuando regalo, no recibo ni lo haré; cuando invierto, espero recibir algo del otro.