Acá el silencio se convierte en sonido, no vale el tiempo pero valen las memorias. No se cuentan los segundos, se cuentan historias.
Pensar que en 4 días voy a tener una vista como ésta, me hace muy feliz. Sé que voy a extrañar, y mucho. Sé que me voy a querer morir los Domingos que juegue Boca y yo no esté en mi casa, no esté en la cancha. Pero también sé que no hay nada que disfrute más y sea más relajante que esto. Soy amante del frío, y prefiero mil veces las montañas, que la playa.. Pero esta vez, es la excepción. Quiero irme acá. Tengo ganas. Estoy ansiosa. Y me hace feliz.